Valor sentimental


La palabra «sentimental» me provoca sensaciones contradictorias, porque cuando hablamos de que alguien es «un sentimental» inmediatamente lo relacionamos con que es flojo, ñoño, blando y demás connotaciones negativas.

Sin embargo, he tenido la palabra muy en mente estos días, pensando en el valor sentimental de los objetos. Por circunstancias que no vienen al caso, me he dado cuenta de mis propias incongruencias respecto al valor sentimental de los objetos.

La primera reflexión es que los objetos no TIENEN valor sentimental, sino que somos nosotros quienes se lo otorgamos. Aquel recuerdo de una abuela a la que apenas conocí, una piedra que alguien me regaló porque le hizo pensar en mi, un libro que me cambió la vida, un marcador de libros que alguien me dedicó, son objetos que para ti no tienen ningún valor, pero a los que yo he dado no sólo valor, sino también alma.

La segunda reflexión es que como ese valor no es intrínseco, puede cambiar. Lo que un día fue un recuerdo maravilloso, puede con el tiempo asociarse a alguien que dejó de querer, o de ser querido, o de ambas cosas a la vez. Y me pregunto, si las cosas que asociamos a recuerdos positivos tienen valor sentimental, ¿qué tienen los objetos que nos evocan recuerdos negativos?. En mi caso nada, porque mis catarsis emocionales siempre van acompañadas de numerosos viajes al contenedor de las basuras.

Y es que en el fondo, tengo momentos zen en los que puedo desprenderme de los objetos con mucha facilidad. Ya se sabe, la que un día fue pobre y viajó con lo que cabía en una maleta, mantiene la capacidad de reducir sus pertenencias al mínimo…

Y sobretodo, porque tengo la absoluta seguridad de que los objetos materiales son sólo eso, objetos materiales. Y puedo perderlos, pueden desaparecer o puedo decidir tirarlos a la gran pira funeraria, pero si hay algo que no puedo perder, ni puede desaparecer, ni puedo tirar, son las vivencias y los recuerdos.

No mido mi riqueza en función de los objetos que tengo, porque pude vivir sin ellos y podría seguir viviendo sin ellos, mido mi riqueza en el cúmulo de recuerdos y experiencias – positivos y negativos – que me han hecho quien soy.

6 comentarios (+¿añadir los tuyos?)

  1. Teresa
    Abr 06, 2011 @ 11:05:51

    Una vez vi en una película a un personaje muy interesante. Él decía que no quería fotos de la que fue su mujer porque su amor y recuerdo eran tan fuertes que no necesitaba nada material para ayudarlo a recordarla. Sin embargo, yo peco de apegos terrenales. Me veo guardando cosas que lo único que hacen es acumular polvo. Muchas de esas cosas, con el tiempo, terminan en la basura, sobre todo en las mudanzas. En cualquier caso, creo que el amor con el que se regala algo permanece en el objeto del alguna manera.

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  2. Tegala
    Abr 06, 2011 @ 12:14:23

    Yo también tengo tendencia a guardar objetos pero un día me da el momento zen y comienzo la super-limpieza-liberación de espacios; eso sí, los regalos me los quedo y esa es la prueba de que yo también les doy valor sentimental a los objetos.
    Ayer mismo, traje a cada un objeto con mucho valor sentimental que espero esté conmigo siempre.

    Un abrazo muy fuerte.

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  3. Shubhaa
    Abr 06, 2011 @ 17:11:32

    Teresa: entiendo el planteamiento, y siento haber añadido un nuevo objeto, sí puedo decir que va cargadito de amor y buenos deseos!

    Tegala: comparto los momentos zen, ya me contarás qué objeto es!!

    Gracias a las dos por tomarse el tiempo de leerme y de comentarme!

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  4. Bruma
    May 02, 2011 @ 10:07:09

    Soltar, soltar… también necesario para los recuerdos que alimentan la nostalgia.
    Yo siempre he guardado cosas y es cierto que cuando abres esas cajas vuelves atrás y recuerdas muchas cosas que no es q hayas olvidado sino que se archivan en el disco duro en carpetas pasadas.
    Tengo sentimientos contradictorios sobre guardar o no guardar algunas cosas, pero es cierto q intento hacer limpiezas cada x tiempo, a veces forzada por mudanzas. Sino, son cada vez mas cajas de zapatos reutilizadas como baúl de recuerdos y sentires.
    Como dice Nubla, «qué simple es vivir…» No necesitamos tantas tantas cosas que tenemos alrededor…
    Un abrazo, siempre reflexivo tras leerte.

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  5. vero faustino
    Sep 10, 2012 @ 20:31:24

    me párese muy interesante por que me ayudo en tarea de la escuela

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  6. francisco borja
    Oct 18, 2017 @ 01:55:53

    pero ,es que por naturaleza el ser humano està diseñado para exaltar de sì ,la energìa de su interior y èsta puede ser positiva o negativa, siendo màs conocidas como sentimientos que a su vez se exteriorizan en emociones , casi simultàneamente, pero al considerar cosas ,objetos y hasta recuerdos mentales, que «deben tener» esa carga de energìa muy propias en sì mìsmas de evocar emociòn, es falso , pues aunque ya no existan o porque ya fueron abandonadas ,no provocan la mìsma reacciòn en otra persona aunque el objeto sea donado o traspasado de una generaciòn a otra; aunque con èste se acompañe el prospecto de la historia .- es simplemente una reacciòn interior que se traduce a apego o desapego, aceptar o rechazar.- saludos a todos ,excelente tema .-

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